De las normas al contenido inteligente: uniendo la brecha entre las OED y las editoriales

Get More Brain - Building on Knowledge
Tabla de Contenidos
La oportunidad no se trata solo de tomar prestadas técnicas, sino de reimaginar lo que es posible cuando el contenido se vuelve verdaderamente inteligente.

El contenido está evolucionando. Ya sea que esté creando normas técnicas o publicando materiales especializados, los desafíos son sorprendentemente similares. Tanto las organizaciones de desarrollo de normas (OED) como las editoriales están navegando por las mismas aguas: cómo hacer que el contenido sea más accesible, útil e integrado en los flujos de trabajo de los usuarios.

El desafío compartido

En nuestra investigación para una serie sobre normas inteligentes y estrategias de contenido, hemos descubierto un paralelismo fascinante: las OED y las editoriales tradicionales se enfrentan a presiones de transformación casi idénticas. Ambos están siendo empujados más allá de los archivos PDF estáticos hacia experiencias de contenido dinámicas, modulares y contextualmente ricas.

El antiguo paradigma (documentos monolíticos consumidos de forma aislada) está dando paso a algo más fluido: contenido que se adapta, se integra y responde a las necesidades del usuario. Este cambio no es solo tecnológico; es fundamental para cómo creamos y entregamos valor.

Lo que las OED ya están haciendo bien

Las organizaciones de normalización, particularmente aquellas que trabajan en campos técnicos, han sido pioneras en enfoques que las editoriales harían bien en estudiar:

  • Arquitectura modular: Dividir el contenido en componentes estructurados semánticamente que pueden ser versionados, reutilizados y distribuidos a través de múltiples puntos de contacto.
  • Integración del flujo de trabajo: Integrar información directamente en las herramientas donde trabajan los usuarios: sistemas de ingeniería, marcos regulatorios y flujos de trabajo de cumplimiento.
  • Enfoques de contenido en capas: Ir más allá de los documentos únicos para proporcionar normas base, libros de trabajo, orientación práctica y adaptaciones localizadas.
  • Colaboración de las partes interesadas: Equilibrar diversos intereses a través de procesos transparentes y basados en el consenso que mejoran tanto la calidad del contenido como la adopción.

Como David Tsipenyuk señaló en un reciente seminario web de IFAN, estos atributos están evolucionando hacia “Normas como servicio (StaaS)”, un modelo donde el contenido se vuelve receptivo, accesible y contextualmente relevante.

Uniendo las OED y la publicación: la oportunidad de aprendizaje

Lo que hace que esta intersección sea particularmente emocionante es la experiencia complementaria. Las OED sobresalen en el contenido estructurado y la creación de consenso, mientras que las editoriales aportan fortalezas en la experiencia del usuario, la claridad narrativa y la participación de la audiencia.

La oportunidad no se trata solo de tomar prestadas técnicas, sino de reimaginar lo que es posible cuando el contenido se vuelve verdaderamente inteligente:

  • De documentos a servicios: Tratar el contenido como un servicio dinámico en lugar de un artefacto estático.
  • De la lectura al uso: Centrarse en cómo el contenido permite la acción en lugar de simplemente transmitir información.
  • De la creación a la evolución: Construir sistemas de contenido que se adapten en función de los datos de uso y las necesidades emergentes.

Organizaciones como Electrosuisse en Suiza demuestran cómo puede funcionar este enfoque: salidas modulares, ciclos de revisión transparentes y diseño de contenido centrado en el usuario que abarca desde las normas básicas hasta las herramientas de implementación práctica.

La revolución del contenido inteligente

El contenido inteligente representa un cambio fundamental de documentos estáticos a experiencias dinámicas e integradas. Al combinar estrategias en capas, diseño modular, optimización basada en datos y accesibilidad mejorada por IA, tanto las organizaciones de normalización como las editoriales pueden crear contenido que realmente satisfaga las necesidades cambiantes de los usuarios.

Esta transformación no es meramente técnica, es estratégica. Las organizaciones que adopten estos principios disfrutarán de usuarios más comprometidos, modelos de negocio sostenibles y contenido que ofrezca un impacto medible.

¿Cuál es su experiencia con los enfoques de contenido inteligente? Nos encantaría escuchar sus perspectivas.

Sobre el Autor
Roman Schurter
Community Manager and Learning Designer at Get More Brain
Buscar