Cuando pensamos en “aprendizaje”, solemos imaginarnos las aulas tradicionales. Aquí escuchamos a un profesor, pasamos mucho tiempo en la escuela de formación profesional o asistimos a sesiones de formación continua por las tardes o los sábados libres.
Deberíamos redefinir el “aprendizaje” para alejarnos de esta imagen. Hablemos más bien de “saber”.
Por desgracia, estos entornos de aprendizaje pueden resultar poco estimulantes. Nos sentamos en filas uniformes en salas estériles, y la enseñanza suele impartirse de forma no interactiva. Esto puede ser tedioso y agotador. El ritmo de la enseñanza puede ser demasiado rápido o demasiado lento, lo que dificulta la comprensión de los contenidos. Las horas pueden parecer interminables, dejándonos con ganas de otra cosa.
Estos entornos de aprendizaje tradicionales pueden hacer que el proceso parezca aburrido y frustrante, lo que repercute negativamente en la motivación y el compromiso de los estudiantes. Por lo tanto, es importante explorar métodos de aprendizaje alternativos, interactivos e inspiradores para fomentar el entusiasmo y el compromiso de los alumnos.
Conocimiento = Aprendizaje cotidiano
Hay innumerables situaciones en las que aprendemos. Adquirimos conocimientos observando e inspirándonos en colegas, en libros de texto o en tutoriales en línea. Incluso jugar a videojuegos puede impartir nuevas habilidades útiles en la vida cotidiana.
De hecho, el aprendizaje es un proceso constante: ocurre a diario, cada hora e incluso cada minuto. Por ejemplo, cuando vamos de compras, aprendemos a comparar precios y encontrar las mejores ofertas. Mientras cocinamos o limpiamos, adquirimos nuevas técnicas para trabajar con más eficacia. Cuando probamos nuevas actividades, como escalar o bailar con los amigos, no sólo aprendemos nuevas habilidades, sino también más cosas sobre nosotros mismos y nuestras capacidades. Viajar puede ampliar nuestra comprensión del mundo al exponernos a nuevas culturas y formas de vida.
En resumen, el aprendizaje es un viaje incesante que se produce en todas partes, mejorando nuestras habilidades y ampliando nuestros conocimientos.
Otros términos para aprender
El aprendizaje es un viaje maravilloso que adopta muchas formas. Puede ser sumergirse en algo nuevo, coleccionar experiencias o crear algo con sus propias manos. Se trata de reunir, comprender y conectar fragmentos de información, o de adquirir nuevas habilidades y conocimientos que puedas utilizar en el futuro. Ya sea leyendo un buen libro, reflexionando sobre pensamientos profundos, rememorando recuerdos entrañables, haciendo descubrimientos apasionantes o compartiendo historias, ¡se aprende! Y no olvides el placer de resolver rompecabezas, hacer manualidades, construir o tomar notas: todo forma parte de esta increíble aventura de aprendizaje.
En esencia, se trata de “knowledging”: cualquier actividad que fomente el desarrollo y el crecimiento personal.
Aprendizaje del siglo XXI
Otra constatación es que, en el mundo actual, el aprendizaje va más allá de la memorización de datos. Implica creatividad, pensamiento crítico, comunicación y colaboración.
El marco de las Habilidades del Siglo XXI describe 12 habilidades necesarias para tener éxito en la vida diaria y en las tareas profesionales en la actual era de la información. Estas habilidades son indispensables en la era de Internet.
- Pensamiento crítico
- Creatividad
- Colaboración
- Comunicación
- Alfabetización informacional
- Alfabetización mediática
- Alfabetización tecnológica
- Flexibilidad
- Liderazgo
- Iniciativa
- Productividad
- Habilidades sociales
Si entrenamos a diario estas habilidades, podremos responder mejor a los retos del mundo moderno y seguir el ritmo acelerado de nuestra sociedad.
Para llevar
El aprendizaje no se limita a las aulas tradicionales y puede producirse a través de diversos métodos. Considerar métodos de aprendizaje alternativos, interactivos e inspiradores es crucial para fomentar el entusiasmo y el compromiso de los alumnos. Debemos considerar el aprendizaje como una serie de actividades, no sujetas a estrictas limitaciones de tiempo.
El aprendizaje debe integrarse perfectamente en nuestra vida profesional y personal. Este planteamiento nos ofrece situaciones de aprendizaje apasionantes y oportunidades de perfeccionar nuestras aptitudes para los retos contemporáneos.
De hecho, el concepto de “aprendizaje” debería ampliarse. No se trata sólo de adquirir conocimientos en un sentido tradicional; se trata de “saber”. Este término puede utilizarse para describir el proceso de llenar el vacío cuando pasamos de una situación (A) a otra (B). Se trata de navegar por el cambio y adquirir las habilidades y la comprensión necesarias para hacer frente a las nuevas circunstancias.
